La depresión en la sociedad actual: Entre la normalización y la banalización.

La depresión en la sociedad actual: Entre la normalización y la banalización.

En las últimas décadas, la depresión ha dejado de ser un tema silenciado para ocupar un lugar central en las conversaciones sociales y los medios de comunicación.

Las confesiones de personajes famosos sobre los trastornos del estado de ánimo, ha puesto en solfa que la depresión no entiende de profesiones ni de nivel socioeconómico.

El futbolista Álvaro Morata ha descrito en algunas entrevistas los síntomas de la depresión que ha sufrido durante años y la ansiedad que sentía cada vez que se ataba los cordones de sus botas. Su exmujer Alice Campello ha relatado que sufrió depresión posparto tras tener a sus hijos.

Esta visibilidad ha permitido avanzar en la lucha contra el estigma y fomentar la búsqueda de ayuda profesional para muchas personas, que se han visto reflejados en estos testimonios.

La banalización de la depresión en redes sociales

Sin embargo, también ha traído consigo un fenómeno preocupante: La banalización de un trastorno complejo que afecta profundamente la calidad de vida de quienes lo padecen, llegando a producirse incluso una romantización de la depresión en las redes sociales.

Muchos influencers frivolizan la sintomatología de este trastorno del estado de ánimo, que, según la Base de Datos Clínicos de la Atención Primaria publicada por el Ministerio de Sanidad del gobierno de España (en diciembre del 2020), la prevalencia en la población es del 4,1%, afectando más a mujeres que a hombres (5,9% en mujeres y 2,3% en hombres) y va aumentando con la edad hasta alcanzar el 12% de las mujeres y el 5% de los hombres de 75 a 84 años.

Hablemos de la depresión: la normalización es necesaria

La pandemia de COVID-19 marcó un antes y un después en la percepción de la salud mental. La incertidumbre, el aislamiento social y las pérdidas emocionales dejaron al descubierto una realidad latente: la necesidad urgente de hablar sobre el bienestar emocional.

Iniciativas públicas para la salud mental

La depresión, junto con otros trastornos psicológicos, se volvió parte de la agenda pública, promoviendo iniciativas como líneas de atención al suicidio (024, que se puso en marcha en el año 2022) y campañas para fomentar el acceso a la terapia psicológica.

El teléfono de prevención de la conducta suicida recibe mayoritariamente llamadas de mujeres (46%) frente al 30% de llamadas de hombres y un 24 % de personas que no identifican su género. Este hecho puede deberse, entre otros muchos factores, a que los hombres, tradicionalmente, muestran con menor frecuencia sus emociones y son más reticentes a la hora de pedir ayuda. En concreto, según datos del Instituto Nacional de Estadística del año 2021, el 70% de los suicidios consumados son de hombres.

El reconocimiento de que la salud mental es tan importante como la salud física para nuestro bienestar ha permitido que muchas personas rompan el silencio y busquen apoyo. Hablar de la depresión ya no es sinónimo de debilidad, sino de valentía.

La banalización: un efecto colateral.

Si hace algunas décadas hablar de depresión era un tabú, posteriormente se fue trivializando el término depresión con comentarios coloquiales como “está depre” o “está con la depre”.

Redes sociales y autodiagnóstico

En la actualidad, las redes sociales han generado una especie de «moda» en torno a los diagnósticos psicológicos. Frases como «estoy deprimido» se utilizan de manera coloquial para describir estados de ánimo pasajeros, diluyendo el significado clínico del término.

En plataformas como TikTok o Instagram, proliferan videos en los que se resumen complejas patologías en listas de síntomas, fomentando el autodiagnóstico y trivializando la experiencia de quienes realmente padecen la enfermedad.

Este fenómeno no solo confunde a la población general, sino que también refuerza mitos perjudiciales sobre las enfermedades mentales.

La importancia de una educación responsable

Para avanzar en la lucha contra la depresión, es imprescindible encontrar un equilibrio entre la visibilidad y el respeto. La normalización debe ir de la mano de la educación, promoviendo información científica y basada en evidencia que desmonte mitos y sensibilice a la población.

Además, se necesita mayor acceso a servicios de salud mental de calidad para que todas las personas puedan recibir el apoyo que merecen, más allá de la autoayuda o los discursos simplistas.

En resumen

La depresión es un problema de salud global que requiere atención seria y compasiva. Si bien su normalización ha sido un avance significativo, debemos ser cautelosos con los mensajes que enviamos como sociedad.

Hablar sobre salud mental es esencial, pero siempre desde la responsabilidad y el compromiso con quienes viven día a día con estas dificultades.

Si tienes cualquier consulta o crees que podemos ayudarte,  en psicólogos en Majadahonda podemos ayudarte a afrontar cualquier situación.

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Mª José Perrote

Cita
"Aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede comenzar ahora y hacer un nuevo final." — Carl Bardn

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