Las Navidades y la presión social

La Navidad es un periodo del año en el que, muchas veces, pareciera que estuviéramos abocados a adentrarnos en una vorágine de compras, comilonas, regalos y viajes sin fin. 

De este modo, las personas pueden encontrarse deseando la Paz y la Felicidad Universales, al prójimo, cuando lo que están sintiendo está lejos de esas placenteras sensaciones y su verdadero sentir puede ser más, el de puro estrés navideño.

Reuniones, excesos y expectativas impuestas

Y es que durante estas festividades son múltiples las invitaciones a reuniones, comidas y cenas varias; ya sean de empresa, peñas de amigos o clubes de aficionados. 

Y qué decir de las macro fiestas de Nochevieja, reclamo para jóvenes y no tan jóvenes, en las que casi es una obligación emborracharse y trasnochar y de no hacerlo le tildan a uno de “bicho raro”.

Vivir la Navidad desde la distancia y la calma

Por otro lado, también están quienes no se sienten partícipes de todo este desenfreno y prefieren vivir este periodo del año como unos días más, sin llevar a cabo grandes excesos e incluso, si encuentran la excusa adecuada, escaqueándose de las puntuales reuniones familiares de Nochebuena, Navidad, Nochevieja o Reyes Magos.

La Navidad cuando hay niños pequeños

Y es que, cuando se es padre o madre y se tienen niños pequeños, se prioriza su ilusión, para sumergirse en la espiral de consumismo, cabalgatas, colas interminables y regalos por doquier. En este sentido, todos estos factores pasan a un segundo plano porque se tiene una motivación mayor: ver a tus hijos felices.

La Navidad en la edad adulta y el derecho a decir no

Pero, ya de adulto, cuando tus retoños son ya talluditos; directamente no se tienen, o incluso los más allegados ya no están, es legítimo poder decir “yo paro y me bajo aquí”. Especialmente en este último caso, el de familiares difuntos, es recomendable dar a sus parientes el tiempo y espacio que necesiten para transitar su duelo particular

Aún si eso supone que no quieran ver a nadie en fechas tan señaladas, puesto que esto puede hacer que emerjan en ellos emociones que, tal vez, no vayan a saber sostener. El poder decir “no” de forma asertiva (“Gracias por la invitación, pero prefiero pasar solo/-a la noche”) es una señal clara de una autoestima sana y de saber respetarse y atender las propias necesidades. 

Porque muchas veces se cae en el error de censurar o cuestionar la forma en que se sienten las cosas, cuando las emociones nunca se equivocan y si son del modo en que son, es por una poderosa razón y siempre en consonancia con el propio aprendizaje vital. 

Más bien, se podría decir que los sentimientos señalan dónde se debería llevar la atención; siempre están ahí, para alumbrar un aspecto desatendido de uno mismo. Y es cierto que, en periodos cargados de emotividad, como la Navidad, pueden despertar emociones largamente dormidas.

Escuchar al cuerpo y la importancia del apoyo social

Está bien, por tanto, escuchar al cuerpo y darle el tiempo que necesite para canalizar las emociones que esté sintiendo, si bien es cierto que, desde la Psicología, se ha comprobado que el apoyo social es uno de los principales factores que favorecen emociones positivas y que contrarresta la tristeza y los síntomas depresivos. 

Una prueba de esto es la cantidad de inmigrantes que, viviendo y trabajando lejos de sus familias, terminan reuniéndose entre ellos porque no quieren pasar la Nochebuena o la Nochevieja solos. Y es que, en el fondo, tal vez nadie quiera pasar estas fiestas solo, pero si la alternativa es estar en compañías no muy agradables, es posible que muchas personas prefieran quedarse en su casa. 

Es aquí donde emerge la importancia de aprender a disfrutar de tiempo de calidad con uno mismo, esto es, libre de desesperaciones y ansiedades.

El falso rol del salvador y el respeto a la elección personal

Cabe mencionar también a quienes se apiadan de personas así y se sienten en el deber de insistir porque creen que, si ceden a dejarles pasar solas la Navidad, éstas van a sufrir

Tan importante es aprender a disfrutar de tu soledad, como que nadie pretenda convertirse en salvador de nadie, sin respetar la libertad de elección de cada uno. Y es que, muchas veces, nos empeñamos en querer ayudar a otras personas, cuando ellas no han pedido ayuda. 

Por tanto, lo que puede ser un bálsamo para una persona; puede significar un castigo para otra y suele ser algo habitual que, se tienda a dar por hecho que, la forma en que uno siente las cosas, es la forma en que todo el mundo debería sentirlas.

Vivir la Navidad desde la honestidad personal

En suma, las fiestas navideñas aspiran a ser un periodo del año, que cada cual viva desde la honestidad, la autenticidad y siendo consciente de lo que realmente desea hacer. Pero para alcanzar este nivel de consciencia es necesario tener el coraje de plantar cara a la presión del grupo y las expectativas o la crítica de los demás. 

Incluso puede surgir el miedo a hacer daño a los seres queridos, lo que al final puede llevar a continuar en estas reuniones, pese a que puedan resultar tediosas e incluso desagradables. En este caso, se anteponen las necesidades de los demás a las propias, lo cual es probable que derive en el resentimiento de quien cede.

Reflexiones finales para cada situación personal

Por tanto, para quien se sienta un “bicho raro”, se le anima que pruebe a desmarcarse de la etiqueta y ampliar su círculo de amistades porque, de esta manera, será más probable que encuentre personas que piensen igual que él/ella.

Para quien, por desgracia, haya sufrido alguna pérdida reciente y no tenga ganas de celebraciones, no hay prisa, es recomendable darse su tiempo y rechazar invitaciones, de forma asertiva. Las personas que realmente le aprecien, sabrán entenderlo y respetarlo.

Por otro lado, a aquellos que se erigen en salvadores mundiales, se recomienda unas dosis de humildad para, así, aprender a respetar el sentir de los demás, sin invadirlos.

Por su parte, para los que están solos y lejos de su familia y quieren compartir estos días, un buen amigo, un conocido o incluso un vecino pueden ser esa agradable compañía.

Y si eres de los que quieren celebrar la Navidad por todo lo alto, estás de enhorabuena, porque ya está a la vuelta de la esquina, así que, a celebrarla, pero con mesura y respeto a como quieren celebrarla los demás.

Alguien es libre cuando puede elegir entre hacer algo o no hacerlo; esto es, que puede hacer cualquiera de las dos cosas sin sentir ansiedad o malestar. Y es desde una sensación de calma y libertad, desde la que se debería poder tomar esta decisión: 

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Iván Chaves

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Referencias bibliográficas:

 

Calhoun, C. D., Stone, K. J., Cobb, A. R., Patterson, M. W., Danielson, C. K., & Bendezú, J. J. (2022). The role of social support in coping with psychological trauma: An integrated biopsychosocial model for posttraumatic stress recoveryPsychiatric Quarterly93(4), 949-970.

 

Nikolaiev, L., Herasina, S., Hrechanovska, O., Vlasenko, O., Skliarenko, S., & Hrande, K. (2023). The Development of Assertiveness of the Individual as a Subject of CommunicationRevista Romaneasca pentru Educatie Multidimensionala15(2), 210-228.

 

Özel, Y., & Özkan, B. (2020). Psychosocial approach to loss and mourningPsikiyatride Guncel Yaklasimlar12(3), 352-367.

 

Wills, T. A., Bantum, E. O., & Ainette, M. G. (2016). Social support. The assessment in health psychology, 131-146.

 

Cita
"Aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede comenzar ahora y hacer un nuevo final." — Carl Bardn

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