La comunicación es una de las claves de todas las relaciones humanas, especialmente entre padres e hijos. No solo nos comunicamos con ellos, sino que también les enseñamos a comunicarse. Saber cómo hablar con un niño puede parecer trivial, pero es crucial, ya que la forma en que nos comunicamos puede ser un medio para gestionar los conflictos, evitarlos o incluso alimentarlos. Aquí te dejamos algunos consejos para mejorar la comunicación con tus hijos.
Comprende mejor a tu hijo
No hay comunicación efectiva sin comprensión. Antes de poder entender a tu hijo, es importante que primero te comprendas a ti mismo. Es fundamental que seas consciente de tus propios sentimientos y emociones, ya que esto te ayudará a anticiparte mejor y a comunicarte de manera más efectiva.
Para reflexionar sobre esto, algunas preguntas te pueden ser útiles:
¿Qué siento ahora mismo y por qué?
¿Estoy juzgando a mi hijo? ¿Son constructivas mis críticas?
Me irrita el comportamiento de mi hijo, ¿debo enfadarme o debería dirigir mi atención hacia el hecho de que está aprendiendo?
Una vez que reflexiones sobre estas preguntas, será más fácil para ti centrarte en tu hijo y hacerle preguntas similares:
¿Mi hijo se siente bien?
¿Se siente juzgado? ¿Cómo reacciona a mis críticas?
¿Necesita ayuda para entender mejor lo que le reprocho?
Estas preguntas te ayudarán a comprender mejor la situación y tu interacción con tu hijo, además de permitirte tomar distancia para no reaccionar impulsivamente. Así mejorarás tu comunicación con tus hijos.
Comunica claramente con tu hijo
Uno de los problemas principales en la comunicación entre padres e hijos es la tendencia a generalizar. Por ejemplo, cuando estamos molestos, podemos decir cosas como: «siempre haces todo mal», «nunca escuchas», o «nunca pones las cosas en su lugar». Estas frases etiquetan a tu hijo y le hacen sentir que no se está juzgando su comportamiento, sino a él como persona.
En lugar de usar estas expresiones, es más efectivo decir: «Te equivocaste, vamos a ver por qué», «¿Me has entendido bien?», o «La última vez nos prometimos…». Este pequeño cambio en la forma de expresarte hará que tu hijo se sienta mejor, porque será más fácil para él reflexionar sobre el error sin sentirse atacado personalmente.
Evita frases como «siempre es lo mismo contigo» o «como de costumbre». Estos comentarios pueden afectar la confianza de tu hijo y generar un ambiente de comunicación negativa. Haz observaciones precisas y objetivas para que tu hijo entienda claramente dónde ha cometido el error sin sentirse juzgado. Así se generará un ambiente más positivo para la comunicación con tus hijos.
No compares a tus hijos con otros
Comparar a tu hijo con otros puede afectar su autoestima y su sensación de ser amado por lo que realmente es. Aunque puedas pensar que la competencia es motivadora, esta solo es saludable cuando se basa en logros reales. De lo contrario, puede generar sufrimiento psicológico y una disminución de la autoestima.
Por ejemplo, al pedirle a tu hijo sus notas, evita preguntar: «¿Y tu compañero de clase qué nota sacó?», o «¿Vas a ser el primero de la clase?». En lugar de centrarte en otros niños, dile: «¡Bravo! Es mejor que la última vez», o «No importa, vamos a ver qué áreas podemos mejorar juntos».
Es esencial que tu hijo se sienta seguro y vea que confías en él. Ver que lo valoras por lo que es y no por compararlo con los demás fortalecerá su autoestima y su sentido de seguridad en la comunicación con tus hijos.
La violencia no resuelve nada
Es normal que los hijos nos hagan enfadar en algunas ocasiones, pero como adulto, tienes la capacidad de analizar la situación y preguntarte: ¿realmente vale la pena?
Hay momentos en los que es necesario ser firme y estricto, especialmente cuando el niño pone en peligro su seguridad o la de los demás. Sin embargo, si crees que tu hijo aprende mejor cuando lo golpeas, estás equivocado. La violencia física solo genera miedo y no comprensión. Además, tiene efectos psicológicos dañinos comprobados.
Lo más eficaz es generar en tu hijo una adhesión a los principios que deseas transmitirle, en lugar de imponerles respeto por miedo a la autoridad. Esta es otra de las claves para tener una buena comunicación con tus hijos.
¿Cómo pedir algo a tu hijo?
Pedir algo de manera efectiva es todo un arte. Cuanto más claro seas en tu solicitud, mejor entenderá tu hijo lo que se espera de él y, en consecuencia, será más probable que el resultado sea positivo.
Si le dices a tu hijo «Pon tu ropa en la cesta de la colada, la habitación está sucia por tu culpa», lo único que logrará es que se sienta atacado. En lugar de eso, dile: «Pon tu ropa en la cesta de la colada, por favor. Me gusta cuando todo está limpio, y sé que a ti también te gusta estar en un lugar ordenado, ¿verdad?». También puedes decir: «¿Te gustaría ayudar a mantener la casa limpia guardando tu ropa?». Esto hará que tu hijo se sienta más valorado y responsable, y verá que puede ser recompensado por su buen comportamiento, en lugar de castigado por el mal comportamiento.
Esta es una forma efectiva de mejorar la comunicación con tus hijos y fomentar un ambiente positivo y responsable.
En resumen
Comunicarse con los niños no se trata solo de hablar con ellos. Mucho menos se trata de gruñir o golpear. Se trata de ponerte a su nivel, comprender sus necesidades y expresar tus pensamientos de forma clara y amable. Recuerda que una buena comunicación con tus hijos se aprende, y juntos, como equipo, tú y tu hijo podéis construir una relación más unida y feliz.
– Clay Tarte –
Si necesitas ayuda con tus hijos, no dudes en escribirnos a través de whatsapp o llamarnos al teléfono 650 846 612, en psicólogos en Majadahonda somos expertos en psicología infantil y en caso de necesitarlo nuestros psicólogos infantiles sabrán cuál es la forma para recuperar la comunicación con tus hijos.