El trastorno bipolar es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por cambios significativos y prolongados en el ánimo, la energía y el comportamiento de la persona.
A menudo resulta difícil de reconocer, incluso para quienes lo padecen, porque fuera de los episodios la persona puede funcionar con normalidad y aparentar estabilidad.
Sin embargo, durante los episodios, estas alteraciones emocionales pueden afectar de manera importante la vida cotidiana, las relaciones personales y la capacidad de tomar decisiones.
A diferencia de los cambios emocionales habituales, donde el ánimo se regula frente a situaciones externas, en el trastorno bipolar estos mecanismos internos no siempre funcionan, dando lugar a episodios de manía o hipomanía, con estado de ánimo elevado y energía excesiva, y episodios depresivos, con ánimo bajo y disminución de la motivación.
Manifestaciones del trastorno bipolar
Durante los episodios de manía o hipomanía, la persona puede mostrar un aumento notable de la energía y de la actividad física o social, disminución de la necesidad de dormir y pensamientos acelerados. Pueden presentarse también decisiones impulsivas, conductas de riesgo o gasto excesivo, aumento del deseo sexual, irritabilidad y autoestima elevada.
Entre los síntomas más frecuentes se incluyen:
– Sensación intensa de energía
– Disminución de la necesidad de sueño
– Pensamientos acelerados y facilidad para distraerse
– Aumento de la actividad física o social
– Deseo sexual elevado
– Decisiones impulsivas o gastos excesivos
– Irritabilidad y autoestima exagerada
Por el contrario, en los episodios depresivos, la persona puede experimentar pérdida de interés en actividades habituales, fatiga, aislamiento social, alteraciones en el sueño y el apetito, disminución de la libido y sentimientos de inutilidad o culpa.
Entre los síntomas más comunes se encuentran:
– Pérdida de interés o placer en actividades habituales
– Fatiga o sensación de falta de energía
– Sentimientos de inutilidad o culpa
– Aislamiento social
– Cambios en el apetito y el sueño
– Disminución de la concentración y de la motivación
– Reducción del deseo sexual
Edad de aparición y predisposición genética
El trastorno bipolar suele aparecer entre los 20 y los 30 años, aunque también puede manifestarse en la adolescencia o en la adultez tardía.
Su desarrollo se explica por la interacción de factores biológicos, genéticos y ambientales.
Algunas personas presentan una predisposición genética que permanece latente hasta que se activa por factores de estrés, como conflictos familiares, situaciones de estrés laboral o académico, cambios importantes en la vida, dificultades económicas, consumo de sustancias o alteraciones en los patrones de sueño.
Estos factores no son causas únicas del trastorno, pero pueden aumentar la probabilidad de aparición de episodios en personas con mayor vulnerabilidad.
Señales que puede detectar el entorno sobre la bipolaridad
Desde la perspectiva de quienes forman parte del entorno, es importante estar atentos a señales que pueden anticipar un episodio. Cambios abruptos en la energía o en el ánimo, variaciones en la sociabilidad que van desde el aislamiento hasta un aumento excesivo de interacción, alteraciones en la rutina diaria y cambios en la motivación o concentración son algunas de las pistas más frecuentes.
Por ejemplo, alguien que normalmente es organizado y constante podría asumir múltiples proyectos a la vez sin poder completarlos, o mostrar aislamiento durante varios días sin motivo aparente. Observar estos patrones permite brindar un acompañamiento informado y oportuno.
Recomendaciones para acompañar a alguien con trastorno bipolar
Acompañar a una persona con trastorno bipolar requiere información, atención y empatía. Algunas recomendaciones para familiares y personas cercanas son mantenerse informados sobre la naturaleza del trastorno y sus manifestaciones, observar los cambios de comportamiento sin juzgar, fomentar la comunicación abierta y respetuosa, apoyar la adherencia a hábitos saludables y, en su caso, al tratamiento indicado, y cuidar del propio bienestar estableciendo límites claros y buscando apoyo cuando sea necesario.
La información, la observación y la comprensión son herramientas fundamentales para acompañar a quienes conviven con esta condición y para crear un entorno seguro y comprensivo.
En definitiva, reconocer y comprender el trastorno bipolar implica identificar sus manifestaciones, conocer los factores que pueden activar los episodios y ofrecer un acompañamiento informado desde la cercanía y el respeto.
La combinación de observación atenta, conocimiento profesional y empatía permite reducir la incertidumbre, mejorar la calidad de vida de la persona afectada y generar un entorno más seguro para quienes conviven con ella.
Daniela Moreno Fabianesi
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Referencias
• Asociación Bipolar de Madrid. Información sobre trastorno bipolar. Disponible en: https://asocbipolar.com/
• Castillo, A. Y. E., & Esquivel, J. M. R. (2025). Trastorno bipolar, una mirada desde el curso de vida familiar. Comunicación Científica.