La procrastinación: Dejar para mañana lo que podemos hacer hoy

Según la RAE (Real Academia Española) la Porcrastinación es la tendencia y el resultado de procrastinar, es decir, de demorar, retardar o retrasar algo. Es decir, la procrastinación es el acto de retrasar una tarea, sea cual sea, por hacer algo más agradable o menos importante que la tarea en sí.

¿Quién no ha procrastinado alguna vez? “mañana empiezo la dieta”, “esta semana voy al gimnasio”, “hoy empiezo a leer ese libro”… (podríamos poner infinidad de ejemplos. Admitámoslo, lo hacemos casi a diario, la diferencia es que algunos lo hacen con mucha más frecuencia y a su vez con tareas consideradas RELEVANTES.

Pero… ¿por qué lo hacemos?, y ¿cuáles son las consecuencia de procrastinar?

Se podría decir que es por pereza o vaguería, ¿verdad? Pues es mucho más complicado que esto. Hay una razón fisiológica que explica por qué lo hacemos: el sistema límbico es quien controla el llamado “sistema de recompensa” que está muy ligado a las necesidades básicas: es el que hará que nos sintamos muy recompensados al encontrar un lugar donde haya comida cuando hemos estado demasiado tiempo sin comer, y nos hará sentir bien cuando conectamos de forma positiva con alguien amistoso. En el caso de la procrastinación, el sistema límbico nos va a “recompensar” (o “gratificar”) cuando realicemos una tarea que nos guste más o que sea menos desagradable.

[cm_ad_changer campaign_id=»1″]

Cuando empezar la dieta no es una tarea agradable para mí, y en cambio, me como una hamburguesa del Mc Donalds, el sistema límbico me está “recompensando” liberando un potente neurotransmisor: la dopamina, que regula la motivación y el deseo y hace que repitamos conductas que nos proporcionan placer. Lo que quiere decir, que la probabilidad de que cuando en el futuro me vuelva a plantear hacer dieta, en lugar de empezarla vuelva a comerme una hamburguesa.
Por esto, procrastinar es una conducta tan frecuente en los seres humanos (se han realizado varios estudios con animales y se ha encontrado que los animales no procrastinan, es un acto puramente humano)

Procrastinar, como bien sabemos, puede traer consecuencias muy negativas: estrés, ansiedad, baja productividad, problemas de autoestima, tristeza, acumulación de trabajo, y un laaaargo etcétera. No me voy a detener en las consecuencias porque ahora de lo que quiero hablaros es de cómo hacer para evitar procrastinar:

– Piensa en las consecuencias que puede traerte procrastinar:

Si eres realmente consciente de las consecuencias negativas que puede traerte posponer una tarea será más fácil dejar de hacerlo. Piensa en la posibilidad de suspender el examen, o de las consecuencias sobre tu cuerpo si no empiezas la dieta que te has propuesto, VISUALIZA LAS CONSECUENCIAS.

– Añade a esa tarea que no quieres hacer o no te resulta agradable una actividad que si te guste:

Por ejemplo, una buena sesión de tu música favorita, o acompañando la tarea con una rica taza de té

– Divide la tarea y ponte pequeñas metas:

Ir paso a paso, pensando primero en una parte de la tarea y luego en las otras hará que evitemos sentirnos angustiados por todo lo que nos queda

– Piensa en una mejor organización de tu tiempo:

En un calendario anota los horarios y proponte cumplirlos, ponte alarmas en el móvil si es necesario, y si un día fallas permítete retomarlo al día siguiente sin culpabilizarte pero sin abandonar la tarea del todo.

– Evita las distracciones:

Estudiar con el móvil al lado es definitivamente una mala idea, solo hará que tengas más tentaciones de mirarlo para ver “cómo va el mundo”. Cualquier distracción retrasará la tarea y habrá mayor riesgo de que la pospongas.

– Prémiate!

Concédete premios cada vez que hayas conseguido realizar una parte de la tarea (no sólo cuando esté terminada), esto hará que tu motivación cada vez sea más alta y te resulte más sencillo terminar lo que has empezado.

[cm_ad_changer campaign_id=»2″]

Autoestima

La autoestima es la valoración positiva o negativa que tenemos de nosotros mismos en función de nuestros pensamientos, sentimientos y experiencias que fuimos teniendo a lo largo de nuestras vidas. Se trata de cómo nos valoramos, y no siempre se ajusta a la realidad de cada uno.

Lo ideal es tener una autoestima adecuada y realista a lo que verdaderamente somos. Las personas con autoestima alta, también llamada autoestima positiva,  son aquellas que confían mucho en sus capacidades, y por ende pueden tomar decisiones y asumir riesgos en la vida con una alta expectativa de éxito. Todo lo contrario pasa con una autoestima baja, ya que son personas que no pueden probar cosas nuevas, que no tienen confianza en sí mismos, y por lo tanto, tienen miedo al cambio.

[cm_ad_changer campaign_id=»1″]

La autoestima negativa o la falta de confianza en uno mismo lleva a problemas tanto laborales, familiares y sentimentales. Es por esto que es muy importante poder tener una autoestima adecuada.

Los problemas de autoestima aparecen día a día, por lo que resulta muy transcendental subir nuestra autoestima, confiar más en lo que somos capaces, y querernos y valorarnos a nosotros mismos.

Del mismo modo que alimentamos nuestro cuerpo día a día, deberíamos alimentar el amor hacia nosotros mismos.

Por consiguiente, para poder tener una autoestima positiva es importante: Identificar los miedos, ser optimista, usar afirmaciones, reconocer nuestras fortalezas y debilidades, aprender a quererse tal como eres, ponerse metas realistas, aceptarse a uno mismo.

Recuerda que hay solo una persona capaz de cambiar tu vida, y esa eres TÚ!!!

[cm_ad_changer campaign_id=»2″]